Que tal mis queridos amigos hoy nuevamente les traemos un consejo para encontrar la pareja ideal ¿Cuál es el problema de que una joven tenga relaciones sexuales sin estar casada y que, además, termine embarazada?
¿Por qué un joven debe esperar hasta el matrimonio para disfrutar de la
vida sexual con su pareja? Ayer dijimos: Porque así lo dispuso Dios, el
Creador, quien sabe lo que es mejor para sus criaturas. Y hoy añadiremos una
razón más: por las consecuencias.
El caso de una
parejita a quienes llamaremos Jennifer y Luis, quienes tuvieron relaciones
sexuales sin estar casados, servirá para ilustrar el punto. Aunque tomaron sus
«precauciones», Jennifer terminó embarazada. Cuando Luis supo del embarazo se
perdió del mapa. Jennifer creyó que él la amaba y la apreciaba por lo que ella
era, por sus cualidades, pero entonces se dio cuenta de que su cuerpo fue usado
y luego puesto a un lado como un objeto desechable.
Por otra parte, Jennifer siente temor. ¿Qué
será de su vida y la de su bebé? También se siente culpable. Le falló a Dios y
a los seres que más quiere en la vida: sus padres. ¿Y qué será de sus estudios?
Solo una cosa parece estar clara: su vida no será la misma después de lo
ocurrido.
Precisamente, para evitar estas lamentables
consecuencias, Dios estableció en su Palabra que las relaciones sexuales
solamente son correctas entre un hombre y una mujer casados. Pero hay quienes
enseñan otra cosa: «Haz lo que tu corazón te pide»; «No puede ser malo si todo
el mundo lo hace»; etc. Esta filosofía de la vida se conoce con el nombre de
relativismo moral: la creencia de que nada es bueno o malo en sí mismo, sino
que cada acto debe ser juzgado de acuerdo a las circunstancias. Una filosofía
muy atractiva, ¡pero que no funciona! Que lo digan los miles de jóvenes que han
arruinado sus estudios, su salud, su futuro, ¡su vida! ¡Todo por no esperar!
Los hechos demuestran que vale la pena obedecer
lo que Dios ordena en su Palabra. Que lo digan los millones de matrimonios que
hoy disfrutan, como Dios manda, de ese precioso regalo que es el sexo: sin
sentimientos de culpa, sin traumas, sin temores.
Resuelve mantenerte sexualmente puro para el
día de tu boda. No es fácil lograrlo en esta sociedad ebria de sexo, pero Dios
te va a ayudar y tu futura pareja lo va agradecer.
Huyan de la inmoralidad sexual. (1 Corintios 6:18, NVI).
Señor, ayúdame a conservarme sexualmente puro para mi matrimonio.
Tomado de Matutina “Dímelo de Frente” - Por:
Fernando Zabala
No hay comentarios:
Publicar un comentario