Esta es una muy buena historia de las reflexiones para jóvenes que hoy te contamos, la historia cuenta que por falta de un clavo ocurrió un suceso que muchos lamentaron.
Seguramente conoces el proverbio. Lo que quizás no conoces es la historia de
ese dicho. Según cuenta William Bennett, el relato se remonta a los tiempos del
rey inglés Richard III y la derrota que sufrió en la batalla de Bosworth, en 1485, de manos de Henry, conde de
Richmond.
Dice el relato que la mañana de la batalla, el rey
Richard dio órdenes a su palafrenero para que colocaran las herraduras a su
caballo favorito. Inmediatamente, el palafrenero informó al herrero la voluntad
del rey.
—El problema —respondió el herrero— es que no tengo
más hierro.
—Arréglate como puedas —replicó el palafrenero—. Es
una orden del rey.
Sin otra alternativa, el herrero obedeció. Con un
pedazo de hierro hizo cuatro herraduras y las adaptó a los cascos del caballo.
Entonces se presentó un problemita: no tenía suficientes clavos para la cuarta
herradura.
—Me hacen falta clavos —dijo el herrero.
—Ya te dije que te las arreglaras como pudieras
—dijo el palafrenero.
—Pondré la herradura, pero no quedará tan firme
como las otras.
—Pues ponla. Y hazlo ya, o el rey se molestará con
los dos.
El esperado momento llegó. Los ejércitos chocaron,
y en lo más fiero del combate, el caballo de Ricardo perdió una herradura.
Antes de que el rey pudiera tomar las riendas, el animal huyó. Esto no fue lo
peor. Al poco rato sus soldados emprendieron la retirada. Desesperado, el rey
gritó:
—¡Un caballo! ¡Un caballo! ¡Mi reino por un
caballo!
Sin embargo, la ayuda nunca llegó. Y desde
entonces, la gente dice: «Por falta de un clavo, se perdió una herradura; por
falta de una herradura, se perdió un caballo; por falta de un caballo, se
perdió una batalla; por una batalla, se perdió un reino, y todo por falta de un
clavo de herradura» (The Book of Virtues for Young People [El libro de las
virtudes para jóvenes) pp. 79-81).
¿Cuál es la lección? Que los detalles son
importantes. ¿Cuánto vale un minuto? ¿Cuánto vale una buena acción? ¿Un buen
hábito? ¿Una palabra de ánimo al que está caído? Valen mucho. ¿Y cuánto daño podemos
hacer en un momento de descuido? ¿Con una palabra dura? ¿En un momento de
rabia? Mucho daño.
Sé fiel en lo poco hoy y aprenderás a ser fiel en
lo mucho hoy y siempre.
La palabra de Dios dice:” EL QUE ES
HONRADO EN LO POCO, TAMBIÉN LO SERÁ EN LO MUCHO”. (Lucas 16: 10, NVI)
Oración: "AYÚDAME,
SEÑOR, A SER FIEL EN EL CUMPLIMIENTO DE MIS DEBERES DIARIOS".
Tomado de Matinal “Dímelo de Frente” - Por:
Fernando Zabala
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